Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://rsaarvd149535.diowebhost.com/93568813/el-cabezazo-de-zidane-causas-ocultas